Nut. Ariana Morales
El papel que cobra la alimentación en el Sistema Inmune, no impedirá el contagio del virus, pero si como el organismo reaccione a este, la severidad de los síntomas si depende del sistema inmune, es decir, no todas las personas desarrollan los mismos síntomas, y ésta curva puede durar hasta 14 días en presentar algún tipo de sintomatología.
Con la alimentación podremos reforzar (modular) la expresión de este ante el virus, y reducir de manera considerable la progresión de la enfermedad y gravedad de la sintomatología, hasta poder prevenir la utilización de ventilación mecánica y por supuesto reducir el riesgo de mortalidad. Claro que esto también depende de otros factores como el uso del tabaco, horas de sueño, actividad física y enfermedades que tengamos previas.
Es importante mencionar que suceden cambios en el Sistema Inmune propios de la edad inevitables llamado Inmunosenescencia, para no abundar en esto resumiré que ocurre una disminución en la funcionalidad de múltiples células que participan en este sistema, como los neutrófilos, NK, así como los linfocitos B y T.
Estos cambios se pueden agravar en presencia de enfermedades como la Obesidad, Diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, y sobro todo si estas se encuentran descontroladas.
Es decir, una persona adulta mayor sin patologías o con la enfermedad bajo control, se puede llegar a comparar a la de un adulto joven con múltiples enfermedades descontrolada, como Obesidad y Diabetes Mellitus tipo 2 y malos hábitos como de tabaco y alcohol.
La alimentación que debe de llevar una persona adulta mayor para fortalecer el sistema inmune ante CoVid-19 no varía mucho a lo de un adulto joven, sin embargo, se tiene que tomar en cuenta las necesidades especiales por enfermedad.
En esta población un 24% tiene Diabetes Mellitus y un 33% tiene Hipertensión (ENSANUT-2012), patologías no propias de la edad que se han visto relacionadas con mayor aumento de mortalidad ante el contagio con SARS-Cov2, dónde se deberá tener precauciones y medidas señaladas por el médico a cargo. Así como seguir la toma de medicamentos de forma rutinaria. Además, tomar en cuenta el bajo peso y los Síndromes Geriátricos que puedan estar presentes, los cambios naturales que surgen a través del tiempo en los diferentes aparatos y sistemas, así como el cambio a nivel social, emocional, económico, entre otros.
Recomendaciones de alimentación:
1.- Hidrátate: el agua es un elemento importante, procura consumir agua simple, té infusiones, evitando las bebidas azucaradas.
2.- Mantén los horarios establecidos: Procura dar espacio a cada uno de los tiempos principales de comida: desayuno, comida y cena, disfruta el momento, mastica despacio.
3.- Consume un grupo variados de alimentos: es importante dar variedad a nuestra alimentación con los diferentes grupos de alimentos: frutas, verduras, leguminosas (frijoles, lentejas), alimentos de origen animal, lácteos, oleaginosas. Procurando también darle variedad a cada uno de los alimentos, es decir no siempre consumas la misma fruta o la misma verdura.
4.- Consume proteínas: tienen muchas funciones en nuestro organismo y una de ellas es formar parte de los anticuerpos. Con esto no quiere decir que lo tengamos que consumir de forma exagerada solo justo lo que necesitamos ya sea de origen animal (leche, huevo, pescado) o vegetal (lentejas, almendras). Por ejemplo: En el desayuno 2 huevos con ¼ taza de frijoles, 100 gr de carne o pescado en la comida, y en la cena queso panela (pudiéndolo usar en unas quesadillas). OJO: Esto son solo ejemplos de alimentos con proteína, sin contar los complementos de toda una dieta saludable.
5.- Consume antioxidantes todos los días como:
Vitamina C: el requerimiento diario se cumple aproximadamente con 1 naranja, 1 mango ó 2 guayabas).
Vitamina E: Su requerimiento se cumple con un puño de almendras.
Licopeno: el requerimiento se cumple con 4 guayabas, 3 jitomates, 1 rebanada de sandía.
6.- No olvides la Vitamina D: Esta vitamina a cobrado gran valor en los últimos tiempos por sus tantos beneficios en el organismo, y claramente en la participación en el Sistema inmune. La principal fuente son los rayos UV del sol, se recomienda una exposición solar diaria o 3 veces por semana de 15 min, dónde se exponga por lo menos rostro y cuello, brazos y piernas, en un horario de 7:00 a 10:00 a.m. ó de 5:00 a 6:00 p.m. ya que fuera de estos horarios los rayos solares podrían ser contraproducente. Existen alimentos que contienen Vitamina D que podríamos consumir como champiñones, sardina, aceite de hígado de bacalao.
7.- Evita los azúcares o productos enlatados: El consumo de estos alimentos se ha demostrado que interviene en múltiples patologías, así como la salud intestinal, pudiendo generar sustancias nocivas que interfieran en la expresión adecuada del sistema inmune.
8.- Dale a tu dieta grasas buenas: las grasas mono y poliinsaturadas también forman parte de las células que participan en el sistema inmune, como lo es los que se encuentran en el Salmón, aguacate, aceite de oliva, almendras, nueces, cacahuates, etc.
9.- Adapta tu alimentación a la consistencia que desees: en muchas ocasiones la consistencia que podemos tolerar son papillas, o licuados, por problemas de masticación o deglución, es importante fortificar estas con algunas grasas buenas como almendras o nueces, aceite de oliva o incluso con alguna fruta, y si es el caso alguna suplementación con módulos de proteína (caseinato de calcio) si su profesional de la salud así lo indica.
10.- Incluye especias o hierbas para dar olor y sabor a los alimentos: esto no solo evitará el consumo elevado de sal si no que algunas hierbas o especias (romero, cúrcuma, jengibre) se han vinculado con el sistema inmune.
11.- Cocina con higiene: Cuando se preparen alimentos, es importante seguir buenas prácticas de higiene para evitar la contaminación y las enfermedades transmitidas por los alimentos.
12.- Incluye habitualmente los tés: sobre todo té verde, té de manzanilla y té negro, los cuáles se ha visto evidencia como parte del sistema inmune.
13.- No entrar en pánico con los Suplementos alimenticios: normalmente las personas mayores tienen polifarmacia (> 5 medicamentos, hierbas o cualquier sustancia que se ocupe como parte del tratamiento) y uno extra puede causar confusión, desapego, e interacciones nutrimentales, además de afectar la economía. Se ha demostrado que si se cumple con una alimentación saludable dónde sea variada y completa, no se necesitará suplementación.
Es importante aclarar que las recomendaciones específicas deberán ser indicados por un profesional de la nutrición, así como la suplementación, ya que puede existir interacciones fármaco-nutrimento importantes que se deben valorar. Además de que los alimentos mencionados no reemplazan el tratamiento farmacéutico.
Recuerda que el ejercicio es parte fundamental para fortalecer el Sistema Inmune, así como cuidar las horas de sueño, evitar el tabaco y alcohol. También el realizar actividades recreativas, escuchar música, juegos de mesa, mantenerte en contacto, aunque sea vía telefónica con familia y amigos.
La Nutrióloga Ariana Morales es especialista en nutrición gerontológica y educadora en diabetes. Síguela en Facebook e Instagram: @nutrigeria. Por medio de correo: nutrigeria@gmail.com