Victor Jacome
¡Hola abuelito, qué pasó viejito, cómo está viejo, pásele ruco!
Esta y otras muchas formas de referirse a una persona mayor son la causa de enojos y problemas entre conocidos y familiares, pero no olvidemos que un viejo es:
Camino recorrido, experiencia, pérdidas, padres dadores de vida, ejemplo de vida. Seres amorosos que soportan nuestra ignorancia y cientos de calificativos bien intencionados, que merecen ser gritados por cada persona que tiene un Adulto Mayor en casa.
Estos son nuestros viejos: llenos de canas, de arrugas, de momentos que quizá nosotros no vivamos. Démosles el mayor respeto y cuidado a nuestros padres, abuelos y gente mayor.
Seamos empáticos con ellos, ya son débiles, más lentos, con menor visión, tal vez tiemble su voz y al caminar, su andar también, han perdido audición y algunos, poco a poco la memoria.
Tú… adulto que lees este artículo, goza la vida que has llevado, aquí en este tiempo, lugar y país nos tocó vivir.
Eres sobreviviente a tantas cosas, problemas económicos, enfermedades, tal vez a situaciones laborales, tal vez seas huérfano, divorciado, viudo, tuviste algún accidente y sin embargo, aún sigues aquí.
Adulto Mayor, te ofrezco una disculpa por todas las ofensas recibidas.
Vive tu vida sin quejas y lamentos. No detengas tu marcha, no mires hacia atrás, avanza. Cada día te queda menos tiempo, ríete de todo, solo son palabras, que se lleva el viento.
No permitas, en el ocaso de tu vida, ponerte triste, has superado mil batallas, brincado mil obstáculos, corrido muchas veces por los mismos terrenos de la vida, ya no queda tiempo para rendirse. Ahora ¡más que nunca ¡ demuestra de qué estás hecho, al final muchos dirán:
¡Qué lindo era! ¡Tan bueno! ¡Lo extraño! ¡Siempre tan amoroso!
Prepárate para el último jalón, tus últimos esfuerzos valdrán la pena, no pierdas más tu poco tiempo. ¡Levántate y báñate! Arréglate, ponte tu mejor ropa, aunque sea loción hecha en casa ponte en tu cara. Péinate, si no tienes cabello, ponte aceite de bebé o por lo menos aceite de oliva. Brilla desde tu cabeza, tu sonrisa, hasta tus zapatos que ya son viejos. Agradece que tengas pies. Si no puedes caminar, agradece que puedas hablar. No mires atrás, mira todo lo que sí tienes: pan, casa, familia, ropa VIDA.
No se trata de mí, se trata de ti. Deseo motivarte a seguir lleno de vida con lo que tienes, con lo que te alcance. Ya no necesitas cosas materiales, ya eres y puedes ser muy feliz con lo que te queda, regala cosas en vida, da lo último que te queda: tus mejores sonrisas, abrazos, palabras. Antes que digas. Estoy cansado del camino.
¡Levanta el vuelo y a seguir viviendo!
Victor Jacome es rehabilitador físico y neurológico, así como creador del programa IPCNL
E-mail: vicjak135@gmail.com – t. 5526996758