Dormir y Soñar Fortalecen al Cerebro: UNAM


La restricción del sueño es una práctica común entre la sociedad moderna. Si bien es frecuente debido a condiciones médicas, trastornos de sueño o exigencias laborales y académicas, estudios recientes han reportado efectos perjudiciales para la salud de las personas, así lo asegura Reyes Haro Valencia, académico de la Facultad de Medicina y presidente emérito de la Sociedad Mexicana de Sueño.

Muchas personas creen que pueden acostumbrarse a dormir menos, sin embargo cuando eso pasa se evitan funciones vitales, como la restauración de los sistemas neuronales.

Al soñar, el cerebro se recupera por lo que la restricción del sueño sólo disminuye los efectos en el desarrollo de las actividades durante el día, es decir, las personas se sienten cansadas, se vuelven lentas; además se vuelven propensas a enfermedades metabólicas y reducen sus expectativas de vida.

Al dormir se atraviesa por cuatro etapas: dos de sueño ligero y dos de sueño profundo. Durante la última etapa (de sueño profundo) es donde el cuerpo se encuentra completamente relajado, pierde tono muscular y los sueños se encuentran cargados de una sensación de liviandad.

Reyes Haro Valencia explica que las personas deben dormir en promedio ocho horas. Las cuatro etapas conforman un ciclo, en el que cada 90 minutos se sueña y cada 90 se despierta brevemente para volver a iniciar el periodo. De pendiendo de cuántas horas duerma una persona y si completa el ciclo, descansará mejor.

“El famoso quinto sueño es el importante, el más elaborado, el que restaura y al que pocos llegan. La mayoría de la gente lo alcanza durante los fines de semana o en días de descanso, ya que es cuando se puede dormir más y este tiempo representa las horas que realmente deberíamos dormir todos los días”, afirma el experto.

Se estima que en México al menos 40 millones de habitantes padecen un trastorno del sueño. De acuerdo con investigador, actualmente se conocen al menos 20 causas asociadas al insomnio, entre ellas el estrés, el estilo de vida y las exigencias diarias.

El académico de la Facultad de Medicina puntualiza que los tres pilares básicos de alguien exitoso son ejercitarse, alimentarse sanamente y dormir bien.

Fuente: Gaceta UNAM

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