Geronte Ludens: El Juego y Su Importancia En Los Adultos Mayores

NATALIA RAMOS
NATALIA RAMOS

Sociólogo José Guillermo Hernández Rivero

El artículo resalta la importancia que tienen los juegos y la actividad de jugar en los adultos mayores, considerando que los beneficios que se obtienen son importantes para mantener la salud física y mental, así como la funcional conexión con el mundo y la realidad. La alegría de vivir, el rompimiento de las rutinas y lo cotidiano, el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades corporales, intelectuales y sociales.

Desarrollo

La palabra “juego” proviene del latín “locus” que significa broma, diversión.

Las palabras “geronte ludens” significan el anciano que juega.

El juego es una necesidad en cualquier especie de animales desarrollados. Todos los animales juegan. Y los seres humanos lo hacen de la misma forma.

Los juegos además de ayudar a la salud tienen un gran potencial de diversión y entretenimiento que hacen la vida de las personas mayores sea más alegre y llevadera.

Los juegos nos alejan de las dolencias del cuerpo y las preocupaciones, de las tristezas y dolencias de las enfermedades. Cuando se juega con consciencia, el tiempo pasa rápidamente y se activan las glándulas del cuerpo para producir hormonas necesarias para llevar una vida funcional y saludable, sobre todo las hormonas del placer como las endorfinas y dopaminas que activan al cerebro y generan felicidad.

El juego es cualquier actividad individual o colectiva que le permita a la persona que juega, desarrollar sus capacidades intelectuales, pedagógicas o de aprendizaje y sociales.

El medio para jugar es el juguete y este es cualquier objeto seleccionado o definido para poder jugar.

La elección del juguete es el pretexto para el juego y cuando existe disposición para jugar se genera un estado intenso y placentero.

Cuando se está solo se puede jugar con uno mismo para volver a reír, ya que hay personas que dicen no tener compañía para poder jugar.

Acordarse de cómo jugábamos en la niñez nos transporta a recuerdos maravillosos que nos permiten recuperar nuestra alegría.

Se puede jugar con el celular, la computadora y es muy fácil hacerlo si uno se lo propone.

Jugar también es inventar algo nuevo cada día, porque cada vez que se juega se viven momentos diferentes.

Juegos mentales y de palabras, juegos de mímica y destreza, juegos con los que se quiera, lo importante es divertirse. Si no hay diversión no existe el juego.

Con el juego aprendemos a ganar y perder y esto es necesario para ajustarnos a la vida.

En los niños los juegos les permiten aprender reglas de convivencia social, fortalecimiento de su autoestima, destreza, diversión y entretenimiento. Y en adultos mayores también. Lo cual es muy necesario para disfrutar la vida.

En conjunto lo anterior es importante para el desarrollo saludable de cualquier persona.

Los juegos son actos estructurados que fortalecen al cuerpo, sus músculos y sentidos además de proporcionarnos alegría y placer.

Los adultos mayores o geronte ludens son las personas que entienden que la vida sin juegos no es vida plena porque le falta algo importante para conseguir la alegría y felicidad por la vida y el vivir.

La vida sin juegos es triste, monótona y rutinaria. Por eso el adulto mayor debería recuperar la consciencia de jugar intensamente en lo que sea y como sea.

Ser juguetón no significa ser irresponsable sino más alegre, menos preocupón, sonreír más y viajar en la vida con más ligereza y sin amarguras.

Los juegos agilizan la mente y el cuerpo, tan es así que hay personas mayores que son ganadoras de juegos de mesa, videojuegos, de estrategia, de convivencia, etcétera.

Lo importante es tener la disposición para querer jugar.

Desde luego, no confundir el pretexto del juego para justificar una adicción, que es lo que le sucede a personas que llevan un gran vacío existencial y por medio de volverse jugadores de apuestas ponen en riesgo su patrimonio. Éstos se les clasifica como ludópatas.

Para comprender mejor esto, la vida del ser humano es un desarrollo constante y evolutivo que está marcado por cambios físicos y psicológicos.

Cada etapa de la vida requiere de actividades diferentes pero acompañadas de las lúdicas (de juegos) para complementar el eje tridimensional cuerpo, mente y espíritu.

Cuando la persona no ha superado culpas, rencores y amarguras lleva sufrimiento que se evade en las actividades adictivas o los vicios. Por eso es importante reconocer y aceptar que se tienen problemas y debilidades que no se han podido superar para buscar la ayuda profesional de terapeutas que permitan ajustarse y sanar para seguir el camino de la vida con calidad y calidez. Y nunca es tarde para esto si uno así lo decide.

Cuando se vive con la consciencia lúdica todas las actividades se pueden hacer de formas divertidas. Por eso mi propuesta de convertirnos en Geronte Ludens.

No hay nada más serio que saber jugar y el juego es el mejor momento para ser feliz

El juego ayuda a pasar el tiempo de manera gratificante y conecta al adulto mayor con sus recuerdos y vivencias. Además de recordar las formas de responder ante la alegría o frustración por los sucesos de la vida. Lo cual también es saludable.

Jugar es sinónimo de aprender.

En general cada juego facilita el aprendizaje, lo cual es necesario para mantenerse actualizado en los cambios continuos de la vida. Nunca es tarde para aprender algo nuevo.

Nunca se es viejo para aprender cosas nuevas y mucho menos para jugar cualquier juego que sea de nuestro interés y para beneficio

Dependiendo de cada juego se estimula y desarrolla la creatividad, la cual es necesaria para que los seres humanos podamos re-crear o re-inventar nuestra realidad o reconstruirla, sin importar la situación o circunstancia en la que nos encontremos, garantizando la actualización y permanencia de la vida de cada quien hasta que muera.

Se puede observar que en la medida que los niños se vuelven adultos, el interés por el juego disminuye y esto se explica, porque la adultez (se nos ha enseñado) implica rigidez, acatamiento de reglas y responsabilidades, en oposición a la libertad y flexibilidad, experiencia y saber sobre la vivencia intensa y espontánea del momento, objetividad contra la subjetividad, lo racional sobre lo emocional, etcétera.

El mundo de los adultos se fosiliza cuando se pierde la capacidad de jugar y ser auténtico. Y el niño que pierde las ganas de jugar se convierte en adulto chiquito.

La práctica de jugar nos permite evolucionar

El juego es placentero, espontáneo, divertido y no debe ser obligatorio.

El juego es libertad y se practica con ciertas reglas necesarias para garantizar la convivencia voluntaria con los demás y con uno mismo.

El juego nos conecta con la cultura popular, el arte, los rituales, símbolos y creencias que se van transmitiendo de forma generacional.

Se comprende que los adultos pierden la capacidad de jugar porque se acostumbran a vivir en un mundo controlado que les dé seguridad y dominio.

La ostentación del pensamiento lógico-racional permite ajustarse a la realidad pero disminuye la capacidad creadora y transformadora de las personas.

Esto no quiere decir que los juegos no sean lógicos. A través del juego se ejercita el entendimiento y la razón para comprender y vivenciar los símbolos que le dan sentido a la vida y las relaciones sociales, sin embargo, los juegos nos ayudan a salir de la lógica formal para introducirnos en el placer de vivir el momento presente con intensidad y sin carga de querer ganar, sino solo divertirse.

El juego nos permite comprobar lo que ha vivido la humanidad y lo que se vive en el lugar que nos encontremos.

Conclusión

Jugar es una necesidad continua para garantizar el desarrollo personal durante toda la vida, que al satisfacerse por todas sus formas nos brinda grandes satisfacciones personales y sociales y un sentido del humor idóneo para gozar y ser feliz sin importar dónde y con quién estemos.

Recuperar nuestra capacidad lúdica o de juego es vital para garantizar nuestra presencia y permanencia, además de convertirnos en ejemplo para los demás.

Los que han decidido vivir su vida “en amargura y pesimismo”, ajustados a la realidad cotidiana con rigidez, carga y pesadumbre cosechan tristeza y sufrimiento

Jugar es liberarse y que mejor cuando se es grande o geronte ludens para darle dirección plena y fascinante a nuestra vida y destino.

Y como dice el dicho: “solo nos llevaremos de esta vida lo que disfrutemos” y gracias a los juegos podemos disfrutar, gozar y ser felices plenamente.

 

Con amor para ustedes. Para comentarios o sugerencias: guiher1@gmail.com

 

Referencias

  • CALLOIS, Roger. Los juegos y los hombres. Edit. FCE, Méx.2016
  • DUVIGNAUD, Jean. El juego del juego. Breviarios del Fondo de cultura económica, Méx.2004
  • ELKONIN, D.B. Psicología del juego. Pablo del Río editor, Esp. 2000.
  • MANTILLA, Lucía. El juego y el jugar. Vol. IV, #12, pp-101-123. Univ. Colima, Méx. 1991