Mtra. en Psicología, Paulina del Monte
La pandemia nos presenta una variedad de situaciones nuevas y cambiantes, plagadas de incertidumbre, de pérdidas y nostalgias. Con el tiempo, podemos también observar algunos aspectos que pueden mostrarnos nuestras fortalezas y habilidades, así como nuestra capacidad de adaptación y recuperación.
A algunos, también nos ofrece la oportunidad de explorar la vida de forma diferente: sin salir, sin ver gente, trabajando desde casa, y por lo mismo, nos encontramos con nosotros mismos, sin tanta distracción del exterior. Puede ser que algo de esto, nos haga pensar que quisiéramos mantener ciertas costumbres, o definitivamente sabemos que mucho de esto, no nos gusta y así podemos procesarlo. Parte de esta exploración, son los nuevos roles que nos encontramos jugando.
Me gustaría compartir un poco de mi experiencia, si es de utilidad para algunas o algunos. ¿Cómo ser mamá pulpo, cuidarnos, vivir pérdidas, y al mismo tiempo crecer y aprender?
Por ejemplo, yo he elegido algunos roles como ser mamá, esposa, amiga y terapeuta. Otros me tocaron, como el ser hija o hermana. Había explorado el rol de maestra, hace muchos años en una escuela secundaria donde di clases durante un año solamente. No fue un rol que me gustara mucho, decidí seguir desarrollando el rol de psicóloga, en el área clínica.
Ahora me encuentro, sin mucha opción, fungiendo como maestra de mis hijos. Creo que he vivido ese rol también desde el día que nacieron y también desde que empezaron a tener tareas escolares, pero ahora se requiere realizarlo con más demanda e intensidad. Mi primer pensamiento ante este reto es, ajustar mis expectativas, entender que esta experiencia es nueva para todos y que no es la prioridad en este momento.
Vivimos una crisis sanitaria, y que esto es nuestra prioridad: sobrevivir la pandemia, preservar nuestra salud física y mental en la medida de lo posible. Soltar exigencias, permitirnos vivir el duelo y ser muy compasivos con nosotros mismos y con los demás. Esta idea, me ha ayudado a poner en perspectiva la importancia o el lugar que le doy a la educación académica en este momento.
En segundo lugar, si es que podemos organizar las cosas en modo jerárquico, sería priorizar las oportunidades de trabajo para los padres, buscar equilibrar esto con los cuidados necesarios para la salud. Y entender que esto, viene también antes que la escuela, por lo menos para mí. Y si esto significa que no terminen alguna tarea, o no realicen alguna actividad, considero que están aprendiendo a priorizar y atender las necesidades familiares.
Todo esto lo pongo en el cajón de los aprendizajes humanos que estamos teniendo todos. Para mí, esos aprendizajes de vida, que todavía no acabamos de asimilar, serán los que forjarán positivamente el carácter de nuestros hijos y probablemente de nosotros los adultos también.
Por supuesto, en mi lista de prioridades, pero hasta este momento, sí entra la educación académica de los niños y jóvenes. Para mí ha sido útil designar espacios físicos si es posible, y si es un mismo espacio, designarlos con líneas imaginarias, cajas, sábanas o lo que esté a la mano para que cada quien tenga una sensación de control y respeto sobre su espacio y sus útiles para la labor que les corresponda, ya sea educativa, de juego, o de trabajo.
También ha sido útil, mantener una rutina constante (aunque siempre abierta al cambio, ya que así demanda la pandemia); una rutina donde haya tiempos determinados para hacer las actividades y buscar que se mantenga lo más posible. Así podemos darnos oportunidad de tener excepciones cuando haya mucha tensión y relajar el ambiente, para posteriormente regresar a la disciplina.
Por último, me permito reconocer que para mí, esta experiencia nos muestra la importancia de la educación en casa, cómo realizar las labores del hogar, cómo realmente ser una apoyo para el equipo y responsabilizar a los miembros de este trabajo, de acuerdo a su edad.
Los seres humanos encontramos sentido en el hacer, en ponernos retos diarios y nuestra autoestima se construye con estos pequeños logros que se convierten en nuestra estructura mental.
Es momento de jugar roles nuevos, rompamos nuestros propios estigmas que pudieran ser limitantes, demos la oportunidad de desarrollarnos en áreas desconocidas. Confío y tengo esperanza de que además de pulpo, las madres, padres, o cuidadores podramos sobrevivir la pandemia y tener una gran satisfacción del trabajo que hemos hecho durante esta etapa. Espero que estas ideas sean aplicables, de acuerdo a tu propio contexto.
Seamos pulpo, pero no tenemos más de ocho tentáculos, prioricemos y cuidemos nuestra salud física y mental. Recuerda que existe apoyo profesional para atravesar este momento, si estás teniendo dificultad. No estás sola o solo.