Francisco Javier González Cordero y Nancy Flores Castillo
Francisco González: Candidato al Grado de Doctor en Psicología por la Facultad de Psicología UNAM, integrante del SUIEV-UNAM.
Nancy Flores: Socióloga, maestra en Estudios de la Mujer y doctora en Ciencias Sociales, integrante del SUIEV-UNAM.
Tradicionalmente en nuestra sociedad los varones han sido educados buscando reprimir la expresión de sus emociones, salvo el enojo, así como a evitar sistemáticamente el demostrar cansancio, dolor, enfermedad o verbalizar sus necesidades. Estos modelos dominantes de la masculinidad tienen como pilares la heterosexualidad, la fortaleza física, la violencia, la inteligencia y la frialdad emocional. Consolidando al trabajo remunerado y la proveeduría económica como las actividades por excelencia de los hombres¹.
Teniendo como antecedente la forma en que han aprendido a vivir su vida, parece difícil que los varones comiencen a cuidar de su salud ¿Cómo es posible que en algunos de ellos exista tanta renuencia a usar cubre bocas y seguir recomendaciones de seguridad? ¿Cuáles son los motivos para que sientan tanto malestar de permanecer dentro de sus hogares?
Existen tres vías a partir de las cuales podemos comprender la postura que muchos varones han tomado en esta crisis.
En la primera de ellas, afirmamos que los hombres constantemente experimentan frustración, ansiedad y miedo, pero ante su incapacidad de expresar emociones deciden disimularlas al minimizar el peligro. En el segundo caso, los varones necesitan demostrar y demostrarse a sí mismos que están a la altura de la situación, siendo temerarios a sabiendas del riesgo. Finalmente, pueden considerarse invulnerables o fuera del grupo poblacional más afectado (hombres mayores, enfermos crónicos, físicamente débiles, etc.)².
Esta crisis quizá sea el mejor momento para cuestionar los mandatos de género dados a los hombres, y para que estos desarrollen habilidades de cuidado, tanto personal como colectivo. Aprender a cuidar y “cuidarse” implica una labor de auto-conocimiento, así como reconocer que existen otras maneras de ser hombre, y explorar nuevas formas de demostrar afecto a los seres queridos³.
Sin embargo, esta tarea no es sencilla para ellos. Además de luchar contra toda la ideología machista aprendida a lo largo de sus vidas que asegura que el cuidar y cuidarse no es cosa de hombres; los varones tienen que lidiar con los comentarios y burlas de otros hombres y de mujeres que ponen en tela de juicio su papel como cuidadores.
Para que esta tarea se logre necesitamos como sociedad ser empáticos con los hombres que descubren el mundo de los cuidados, así como crear espacios donde los hombres puedan hablar libremente sobre sus vidas sin temor a ser menospreciados.
Considerando que existen otras formas de ser hombres, durante esta emergencia sanitaria es necesario que como varón:
- Accedas a fuentes oficiales de información para estar a la altura de la situación.
- Seas consciente de tus límites y cuides de tu salud como todo un héroe.
- Muestres tu compromiso y responsabilidad usando cubre-boca, lavando constantemente tus manos, practicando el estornudo de etiqueta y dejándote acompañar por Susana Distancia.
- Seas responsable y ejerzas tu derecho al cuidado de ti, de otras y otros.
- Te permitas expresar y compartir tus preocupaciones, emociones y/o anhelos.
- Te atrevas a ejercer tu derecho a la ternura en la cercanía de tus hijas, hijos, sobrinas, sobrinos, nietas y nietos.
¡El cuidarse sí es de hombres! Como sociedad necesitamos cuidado, unión y empatía para quienes comienzan a cuidarse consciente y responsablemente.
Fuentes consultadas:
¹Seidler, V. (1995). Los hombres heterosexuales y su vida emocional. Debate Feminista. 11, 78-111.
²Kauffman, M. (1995). Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres.
³Figueroa, J. G & Franzoni (2011). Del hombre proveedor al hombre emocional: construyendo nuevos significados de la masculinidad en varones mexicanos. En: Aguayo, F. & Sadler, M. (Coords.) (2011). Masculinidades y políticas públicas. Involucrando hombres en la equidad de género. Santiago de Chile: Universidad de Chile, 64-83.