¿Me Vas a Seguir Queriendo?


Biol. Regina Novelo

Educadora Sexual y Terapeuta Breve 

Siempre recordaré con cariño y admiración a esa mujer que un día cruzó mi puerta en busca de consejo. Cabello blanco, mirada pacífica, caminar lento pero seguro. Le calculé unos 75 años de edad.

-“Vengo a hablar contigo de sexo”, me dijo con voz segura, -“todos mis esquemas se acaban de derrumbar, necesito tu ayuda”.

El día anterior su nieto, de 20 años, le había dicho algo que le estaba costando mucho trabajo digerir: -“abuela, eres una de las personas más importantes en mi vida y tengo algo que decirte sobre mi…abuela, soy gay…¿me vas a seguir queriendo?”

Mientras me platicaba sus ojos se llenaron de lágrimas y su semblante cambió. Definitivamente sus esquemas estaban rotos y necesitaba re acomodar las piezas para construir otros.

El hecho de que un hijo o nieto se declare abiertamente homosexual puede ser devastador para muchos, especialmente para quienes han recibido una educación conservadora y tradicional.

Ante la noticia, puede que sea difícil controlar la primera reacción, pero la prueba mayor viene después, cuando se acepta el hecho pero no se sabe cómo conciliarlo con los valores de una familia.    Nos educaron para creer que existe solo un camino válido en la vida: el de una pareja heterosexual que se enamora, se casa, forma una familia y son felices para siempre. Y en realidad no es así; hay tantos caminos como la diversidad misma. Hace muchos años se pensaba que la homosexualidad era una enfermedad; el DSM, manual de diagnóstico de trastornos mentales más utilizado, dejó de catalogarla como enfermedad en 1973.

La orientación sexual (no se llama preferencia ni inclinación) es la atracción emocional, romántica y erótica sexual duradera hacia otra persona. Dicho en palabras más sencillas: de quién me enamoro y a quién deseo. La orientación sexual no se puede cambiar ni es algo que la persona elija, simplemente es. Para la mayoría de las personas la orientación surge a principios de la adolescencia sin que necesariamente tengan experiencia sexual previa.. No es una elección.

Las estadísticas nos dicen que el 10% de la población es homosexual. Existen muchas teorías sobre las causas de la orientación sexual de las personas, pero ninguna es contundente hasta la fecha.

Verdades

  • La homosexualidad no se elige, no se contagia, no es modificable y no es una enfermedad.
  • Como no es una enfermedad no hay nada que curar o que cambiar.
  • El estigma social, el prejuicio, la discriminación y la violencia generan daño físico y emocional.
  • Los estereotipos sociales nos hacen creer que son personas malas, perversas, promiscuas; cualquier ser humano puede tener esas características.
  • Necesitan amor y aceptación (como todos) para poder tener una vida saludable y con bienestar.
  • Amar incondicionalmente y respetar al otro, SÍ es una opción.
  • El rechazo y la incomprensión familiar aumentan las posibilidades de que tengan conductas de riesgo, trastornos de la alimentación, consumo y abuso de sustancias e intentos de suicidio.
  • La orientación sexual no nos hace mejores ni peores personas; no nos define como seres humanos. Lo que nos define son nuestros valores y nuestras características como ser amable, honesto, solidario, confiable, asertivo, etc.
  • La orientación sexual NO es culpa de nadie, se presenta en cualquier tipo de familia. Nada ni nadie puede hacer que una persona sea gay.

-“Platícame sobre tu nieto, ¿por qué es tan especial para ti?” le pregunté. -“Es guapo, simpático, alegre; pasamos horas enteras platicando sobre la vida. Una vez a la semana pasa por mi para comer juntos…de todos mis nietos es el más cercano, el más amoroso..”-contestó ella.

-“Y ahora que sabes que es gay, ¿qué de todo eso cambia?, ¿lo vas a seguir queriendo?”-

El proceso no fue fácil. Como para muchos padres y abuelos, ésta mujer pasó por una etapa de duelo y tuvo que deshacerse de muchas creencias, miedos y mitos; ella también tuvo que “salir del closet” (se dice que la familia “sale del closet” cuando ya no esconden que tienen un familiar homosexual). Las primeras veces que convivió con su nieto y su pareja se sintió incómoda, no sabía para dónde voltear, qué platicar, cómo dirigirse a ellos. Le daba pena salir a la calle con ellos y que la gente se diera cuenta de que su nieto es gay.

El tiempo y la terapia fueron sus aliados para aceptar a su nieto tal y cómo es y poderle decir “te voy a seguir queriendo”.

 

 

 

 

 

                 

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