Decálogo De Una Persona Resiliente

NATALIA RAMOS
NATALIA RAMOS

Fundación Pasqual Magarall

A menudo no podemos modificar las situaciones pero sí podemos aprender a modificar la forma cómo nosotros las interpretamos, como hacen las personas resilientes.

Diez consejos para construir la resiliencia propuestos por la Asociación Americana de Psicología:

  1. Establecer y mantener relaciones. Las buenas relaciones familiares y sociales son una excelente fuente para obtener ayuda y apoyo, potenciando la resiliencia. También encontraremos oportunidades para ayudar a otros, algo que, a su vez, también redundará en nuestro bienestar personal.  
  2. Evitar ver las crisis como problemas insuperables. No podemos cambiar los hechos, pero sí la forma cómo los interpretamos y respondemos a ellos. 
  3. Aceptar que el cambio es parte de la vida. Es de gran ayuda centrarse en las cosas que sí podemos modificar y canalizar nuestros esfuerzos hacia ello.  
  4. Dirigirse hacia los propios objetivos. Es importante plantearse objetivos realistas y hacer algo de forma regular que nos acerque a ellos. Por ejemplo: “Tomar el tiempo para leer un libro que me guste y contribuya a mi desarrollo profesional.” “Meditar cinco minutos para relajarme.”
  5. Ejecutar acciones decisivas. Actuar en la medida en que se pueda sobre las situaciones adversas para tratar de cambiar su rumbo, en vez de evitarlas y confiar en que se resolverán solas. 
  6. Fomentar el autodescubrimiento. A menudo, pasar por situaciones vitales difíciles conlleva una sensación de fortalecimiento personal. Aunque todavía nos sintamos vulnerables, estas vivencias pueden favorecer el concepto de uno mismo y de las propias capacidades y llevarnos a apreciar aspectos de la vida a los que antes no prestamos atención o no nos parábamos a analizar.  
  7. Alimentar una visión positiva de uno mismo. Desarrollar confianza en tus decisiones y en tus propias capacidades para resolver problemas. 
  8. Ver las cosas en perspectiva. Tratar de considerar las situaciones estresantes en un contexto más amplio y con cierta objetividad, evitando hacer una montaña de un grano de arena, para esto te puede funcionar tomar unos momentos tres veces al día para respirar profundamente. 
  9. Mantener la esperanza. Una actitud optimista nos capacita para confiar en que nos pasarán cosas buenas. Procurar visualizar lo que se quiere es mejor que preocuparse por lo que uno teme. 
  10. Otras formas útiles de potenciar la resiliencia. A algunas personas les ayuda escribir acerca de sus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con las situaciones traumáticas que les ha tocado vivir o aquellas que  que les generan un alto nivel de estrés. Hay a quien la meditación y las prácticas espirituales les resulta de gran ayuda. 

Algunos atributos personales favorecen la resiliencia, por ejemplo, la autoestima, la capacidad para resolver problemas o la competencia social. También la favorecen los apoyos familiares y sociales con los que contamos.

Además, ciertas actitudes también propiciarán nuestro bienestar y capacidad de superación. La clave es identificar lo que a cada uno le pueda funcionar mejor para desarrollar estrategias propias.

Fuente: https://blog.fpmaragall.org/persona-resiliente

 

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