La persona cuidadora a menudo puede verse tan desbordada por las circunstancias que relegue a un segundo plano su cuidado emocional y físico, nadie está preparado para una situación como esa.
El envejecimiento de las poblaciones a nivel mundial, hoy en día, ha mostrado ser una de las más grandes preocupaciones de los gobiernos y científicos en todo el mundo.
Los valores son un asunto de todos los días y al trabajar con adultos mayores tenemos la oportunidad de practicar uno de ellos: el autodominio, que se define como la capacidad de mantener bajo control las emociones y los impulsos perjudiciales.
Los cuidadores tenemos que ser agentes de cambio, creando iniciativas de participación social que fortalezcan las relaciones inter generacionales entre un joven y una persona adulta mayor.
Por allá del 2017, cuando tuve la oportunidad de egresar de la tercera generación de la escuela de cuidadores, del Instituto Nacional de Nutrición, la profesora Silvia Bautista Martínez, nos recordaba que, la labor del cuidador, empezaba por cuidarse a sí mismo.