Viviendo con Incertidumbre


Psic. Patricia Alarcón

Es un hecho que esta situación inesperada e inevitable plantea retos tanto en la salud física, la baja en la economía personal y familiar y el impacto emocional que conlleva.

Lo más difícil de esta situación es vivir con la incertidumbre, no saber qué va a pasar y qué nos va a pasar. El cerebro ocupa toda su energía en defenderse, nuestra atención se dispersa y tratamos de darle explicaciones que nos ayuden. Algunas veces las buscamos en nuestras creencias o en teorías de conspiración que pueden llevarnos a una posición omnipotente o bien a una situación de desamparo. Ambas nos dejan sin capacidad de control. 

La incertidumbre es real, el peligro es real y nuestros sentimientos ante ella también. Me pregunto:  ¿Cómo podemos convivir con esta incertidumbre? ¿Cómo tomar el control que nos permita tomar acciones para mantenernos físicamente y emocionalmente saludables? Como nos dice Victor Frankl, “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes este sentimiento”. 

Una pregunta útil es, ¿Para qué quiero vivir? Algunas respuestas pueden  conducirnos a encontrar opciones creativas.  

Debemos tener información, pero información confiable, apegarnos a ella y seguir las indicaciones de protección como la higiene y la sana distancia. Protegernos y proteger a los demás. Hay información inútil, rumores y explicaciones mágicas o tendenciosas que nos devuelven a la impotencia y desesperanza. ¡No les hagas caso! Tu objetivo es mantenerte sano. Recuerda que vale la pena vivir y siempre hay un “para qué”.

Ese “para qué”, constituye el primer paso para encontrar un sentido de vida. Es un proyecto personal y hay varios elementos que lo conforman. Existen muchos debates acerca de lo que es y no es, pero en lo que concuerdan es en que el sentido de vida es el soporte más importante en momentos como el que estamos viviendo. 

Un reto importante es sobrellevar el “Quédate en Casa” necesario para evitar contagiar o ser contagiados. Para algunos, significa soledad y para otros un caos.

Es entonces cuando “para qué” cobra sentido. Si tu caso es el caos, tal vez buscar tu propio oasis te genere calma, regar tus plantas, meditar o simplemente poner una pausa te darán la tranquilidad que necesites. Si por el contrario necesitas compañía, organiza reuniones virtuales, toma un café con amigos, o una comida familiar, etc. Utiliza tus recursos y ponlos en marcha. Y recuerda: Si la vida te da limones…

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